In Chulerías, Mujeres Creativas

El Museo Nacional de Arte, ubicado en Tacuba 8, Centro Histórico, fue construido por el arquitecto Silvio Contri, bajo el mandato del gobierno de Porfirio Díaz. Siempre fue concebido como un edificio público, se edificó para albergar el Ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas, después fue sede del Archivo General de la Nación y en 1982 el recinto abrió sus puertas como Museo Nacional de Arte.

Este emblemático museo de la Ciudad de México dedicado al arte de nuestro país, es dirigido por la Doctora en Historia Sara Gabriela Baz Sánchez, quien es especialista en gestión en museos e instituciones culturales, profesora de licenciatura y posgrado en la Universidad Iberoamericana, su alma máter. Una mujer inquieta, observadora, catadora de vinos, experta en maridaje y con una pasión por la divulgación de la historia.

Fachada del museo Nacional de Arte (2011)
Fotografía: Miz Salinas

Decidí que quería ser historiadora del arte desde que tenía 13 años en un viaje. Estaba encantada con el arte de los primitivos flamencos que  veía en la National Gallery de Londres. En esa misma ocasión me encontraba afuera de Notre Dame y tuve una revelación, dije quiero hacer esto toda mi vida, no quiero producir arte o ser artista, quiero estudiar arte y siempre estar rodeada de esto”.

Fue una vocación clara, de tal forma que comenzó a leer y empaparse cada vez más de conocimiento. Cada día que pasaba estaba más segura que su decisión había sido la correcta. Al cumplir 20 años comienza a trabajar para la Coordinación de Documentos Históricos del INAH y decide ser historiadora del arte virreinal mexicano. Quería dedicarse a la investigación y la docencia, el campo de los museos no formaba parte de sus intereses.  

“Por gente que me tendió la mano en la IBERO empecé a trabajar en el Museo Nacional del Virreinato en 1999. Me enamoré de la colección del museo y la misión que tienen estas instituciones en una comunidad.”

Sara comenzó a dar clases desde muy joven y nunca ha dejado de hacerlo, esta experiencia le ha proporcionado numerosos aprendizajes que ha podido aplicar en los museos.

Dar clases me conecta con otra parte del público receptor, que son mis alumnos, que no leen, no van a museos y no les interesa. ¿Cómo hago para que les interese? Fui conectado la docencia con los museos. ¿Para qué sirve un museo? No es para hacerte leer una cédula que es imposible de interpretar, sino para producir sentido. ¿Cómo produces sentido si no conoces a la gente a la que quieres llegar?”

La doctora siempre ha sido purista y ha querido divulgar el conocimiento avalado de forma académica, pero eso no quiere decir que sea excluyente. Ella cree que la mejor investigación es la que produce sentido sin tener que leer todo lo que investigador trabajó.

Disfrutó mucho su paso por el Museo Nacional del Virreinato y cuando se da la oportunidad de volver a trabajar dentro del MUNAL, en el que ya había estado años antes, se sentía lista para desarrollarse en un ámbito más visible, con más presupuesto y en el que tiene la posibilidad de hacer un programa expositivo.

“ Me tocó terminar una gestión ya iniciada en el MUNAL. Había muchos proyectos en los que trabajé como subdirectora, me fui y regresé y seguían dando para trabajar. Yo aposté por la continuidad, existían varias investigaciones avanzadas que se convirtieron después en exposiciones como la de Nahui Ollin y Felipe Santiago Gutiérrez “Discursos de la piel”. También nos dimos la licencia de hacer algunas que se nos ocurrieron como fue el ejercicio de Melancolía. En gran parte ya estaba programado, no estrictamente pero sí,  las investigaciones estaban muy avanzadas. Lo que me tocó hacer fue realizar lo que estaba listo para montarse, organizar calendarios y presupuestos, darle giros adecuados a las cosas para ver cómo le íbamos imprimiendo nuestro propio sello. Cada exposición es distinta y da diferentes oportunidades, hay que saber leer qué es lo que podemos hacer con el presupuesto, el tiempo que tenemos y la colección”.

Su equipo ha hecho un gran trabajo en términos de recuperar espacios, la mediación se ha manifestado en un cedulario corto y asertivo.  

“En la medida que hemos tenido posibilidades, en cada proyecto hacemos una sala de lectura que es algo que se empezó hacer desde la administración de Miguel Fernández en 2008 y le hemos dado un giro a la forma de vincular la cultura escrita y la producción historiográfica respecto al tema que estamos exhibiendo, qué te puede interesar de toda esta selección bibliográfica que te presento, mediada por lo que ves alrededor,  textos, conferencias, entrevistas, provocaciones o detonaciones. Cada quien es víctima de su experiencia.”

Promoción cultural y dominio femenino

En el sector cultura, hay un gran dominio femenino porque ha sido un refugio para muchas, en 2018 una gran cantidad de mujeres se encuentran dirigiendo instituciones dedicadas a la promoción de la cultura e industrias creativas, su visión está modificando estructuras en ámbitos muy conservadores.

“Afortunadamente en el sector cultura hay gran dominio femenino y eso me da gusto, porque es un sector que ha sido afín, pero creo que también hemos ido cambiado muchas percepciones en la medida en la que pasa el tiempo. Crecimos en sociedades machistas, por ejemplo:  mi papá con todo el amor que me tenía me decía ¡Qué bonita carrera la que estudiaste! Ojalá te cases porque no vas vivir de eso. A cualquiera que le contaba que estudiaba Historia del Arte me decía ¡Qué bonito! Vas a educar muy bien a tus hijos. Yo no tengo hijos, no quise tenerlos.

De pronto uno va tomando decisiones que son disruptivas en ámbitos muy tradicionales, pero creo que  he tenido libertad. Sí es más difícil en ciertas cuestiones porque a lo mejor te juzgan mucho más duramente que a un hombre por lo que digas, declares, por cómo te ves, tu actitud y  la forma de tomar decisiones”.

La directora ha promovido dentro de la institución el apoyo y desarrollo a  cualquier persona, sin importar su sexo, que tenga un proyecto fundamentado y con un propósito dentro del MUNAL.

Sara Baz, Museo Nacional de Arte (2018)
Foto: Larisa Caballero

“Creo en una plataforma de equidad, que no es lo mismo que igualdad, en la manifestación libre de lo que uno piensa y un proyecto que puede llevar  a cabo un hombre o una mujer si está bien planeado, fundamentado y tiene un propósito dentro de la institución, vale la pena apoyarlo. En ese sentido he cumplido en apoyar las iniciativas de mi equipo sin importar que son.”

Sin duda, Sara Baz seguirá plasmando su sello en el MUNAL, provocando detonaciones para que cada visita sea única. De igual  forma, impulsando a su equipo de trabajo para crear nuevas iniciativas, teniendo la confianza de que la institución permite y  promueve el desarrollo, no de mujeres u hombres, sino el desarrollo en general.

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