Los objetos han servido a la humanidad como herramientas para intervenir el mundo. En este proceso evolutivo, fueron ganando un nivel de significación cada vez mayor y terminaron por convertirse en documentos de un momento específico en la historia.
Rosana Calderón, actual Subdirectora de Museología en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) decidió estudiar restauración para conservar el patrimonio cultural de la nación. Después comprendió que más allá de resguardar los objetos por sí mismos, es trabajar con el ser humano y a través de él, conservar lo que tenemos para extender el panorama de posibilidades que surgen en la historia. Rosana es licenciada en Restauración de Bienes Muebles Culturales por parte de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), y cuenta con la maestría en Museología por la misma institución. Ha sido responsable de la conservación de múltiples exposiciones nacionales e internacionales, participó en el proyecto de restauración del Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec como Coordinadora de Restauración de Bienes Muebles del INAH.
Foto: Larisa Caballero
¿Cómo percibes el papel de las mujeres en el sector cultural en México?
El rol de las mujeres es muy importante dentro del ámbito de la restauración y de la museografía, hablo desde mi campo específico dentro del INAH, aquí las mujeres tenemos muchas oportunidades, en general en el área se ha buscado que se integre la gente más capaz y curiosamente en muchos casos han sido mujeres. Creo que es de los pocos sitios donde hay más equilibrio de género que en otros espacios del ámbito cultural, sin embargo tenemos todavía el vicio de que no nos gusta ver triunfar a la de junto.
¿Te has enfrentado a un tipo de violencia de género en el ámbito laboral?
Sí, en el área de la restauración, sobretodo cuando trabajas en obra. Te doy el ejemplo del proyecto del Museo Nacional de Historia, se restauró todo el Castillo: pisos, techos, muros y toda la colección. Y me tocó coordinar aproximadamente a 60 arquitectos, albañiles y artistas plásticos, que sí tenían mucha resistencia a tener una jefa mujer, pero al final aprendes a tomar tu posición como líder.
En mi caso me desligue de la restauración per se a un ámbito más de organización, planeación, desarrollo de contenidos como Subdirectora de Museología y tengo la fortuna de trabajar en un equipo maravilloso en el INAH.
¿Qué mujer te ha inspirado para convertirte en quién eres?
Definitivamente, mi mamá. Yo creo que es la feminista más comprometida que he conocido en mi vida, me educó para que pudiera estudiar y tener herramientas para tener una vida profesional productiva y no hubiera pretexto para no tener espacios, además con una actitud muy clara de que una mujer tiene poder suficiente para abrirse campo. La influencia de mi madre es muy marcada, desde muy chica íbamos a museos, fue con ella que tuve un acercamiento muy directo al arte y al patrimonio cultural.
¿Qué consejo le darías a otra mujer que se quiere dedicar a la Restauración y Museología?
En el campo de la Restauración, que tenga previsto que es un trabajo comprometido y muy difícil, la imagen romántica de que puedes estar frente a un cuadro horas y horas no es la realidad, hay que tener habilidad manual, capacidad de dibujar, mezclar colores y entender la obra. Este país necesita mucho trabajo de Restauración y asumir que existen riesgos incluso físicos. En el ámbito de la Museología, tener claro qué es lo que quieres hacer en un museo, es un trabajo que necesita mucho el espíritu colaborativo. También le diría, que el camino es más difícil si sé es mujer, necesitamos ser compañeras de camino, no obstáculos y si una mujer va adelante, hay que impulsarla.
Fuentes:
Vázquez, Felipe. Significación de los objetos: el diseño como instrumento del consumo.Buenos Aires (2013).
