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Hilda Trujillo Soto es una mujer independiente, de mente abierta y con mucho carácter, la cual confía plenamente en la  juventud y quiere mucho a su familia y a su país. Se define como liberal, en el sentido de que cree en una democracia liberal; ella piensa que todos los sectores de la sociedad deben estar incluidos y no solo los extremos, siempre buscando el equilibrio, además de que le duelen mucho las injusticias, sobre todo la violencia contra niñas, niños y mujeres.  

Apasionada del arte y la promoción de la cultura, Hilda dirige el Museo Fridra Kahlo, uno de los tres más visitados de la Ciudad de México y el Museo Anahuacalli, los cuales se han convertido con el paso de los años en referentes mundiales para conocer la vida de Frida y Diego Rivera. Ávida de descubrir el mundo, pasó de la agricultura del  rancho de su abuelo en Tuxpan, Michoacán, a las Relaciones Internacionales, después a la maestría en Ciencias Políticas en la Universidad de París Sorbonne, en un intermedio se va a trabajar a Tijuana y organiza el Festival de La Raza 1992. Estando en París encuentra en los museos un refugio para compartir el conocimiento y descansar el alma. Al terminar su maestría realiza un curso en Historia del Arte en Cambridge, Inglaterra y a la par trabaja  como investigadora asistente en “El Arte de México en el Mundo” .

Para dirigir un museo, hay que tener una trayectoria consolidada en arte, mucho conocimiento de diversas materias como difusión, conservación, audiencias y  públicos y sobretodo sensibilidad, que te da el conocimiento y la cultura, la habilidad de intuir y darle vuelta a las cosas, hay que saber manejar situaciones de todo tipo y la trayectoria de Hilda en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Cámara de Diputados y la Comisión de Cultura, entre otros cargos, la respaldan para llevar a cabo su función.

Admiradora de la cultura del país y su diversidad, apasionada por la lectura y el conocimiento, es la mujer que dirige estos maravillosos recintos.

Hilda Trujillo, Coyoacán (2018)
Foto: Larisa Caballero

Museo Frida Kahlo y Museo Anahuacalli

Cuando murió Dolores Olmedo, su hijo ocupó su lugar y  encargó a Hilda dirigir los museos junto con el consejo. Ella trabajaba en ese momento en la Dirección de Cultura de la delegación Coyoacán faltando seis meses para concluir su cargo, no obstante  la esperaron, de tal manera que lleva 16 años en la dirección del Museo Frida Kahlo y del Anahucalli, que son símbolos de la cultura mexicana y una puerta de entrada para conocer el arte de nuestro país.

La prioridad de ambos museos es proporcionar  una experiencia memorable a los visitantes, quienes de boca en boca, dan a conocer estos espacios. Nunca se ha tenido que invertir en publicidad para las exposiciones, pues siempre se ha preferido hacerlo en restauración y conservación de la obra que contienen e incluso, en diversas ocasiones se han realizado intercambios con empresas como Discovery y Canal 22 a cambio de difusión.

“Cuando llegué a la casa de Frida, abrimos unos baños que estaban cerrados y encontramos un museo dentro de otro museo, fotografías, textiles y obras de arte.Todos los días pienso que es un privilegio trabajar en algo que te gusta y que amas, en el que descubres que tenemos un país rico, hermoso y maravilloso de la cultura y el arte. Yo trabajé en la Cámara de Diputados y en la Comisión de Cultura, ahí aprendí sobre negociación política lo que me sirve en los museos, porque son museos no gubernamentales, no tenemos subsidio, sí tenemos apoyos que se utilizan para el predial y espectáculos públicos que nos ayudan mucho, pero salarios, luz, exposiciones, todo se paga con taquillas, donativos y servicios, embajadas que nos apoyan o la Cámara de Diputados que nos da dinero para mejorar la infraestructura”- dice Hilda Trujillo.

La visión femenina en la promoción cultural

El mundo del arte es un campo fértil que ha sido refugio para las mujeres porque se ha permitido nuestra participación.  La figura que antes se tenía de Frida Kahlo, como una mujer sufrida y Diego el macho virtuoso, se ha modificado.

Hilda se dió a la tarea de redescubrir a la artista en sus cartas y poemas, y reveló a una mujer segura de sí misma, que vence el dolor con el arte y que no tiene barreras sociales.

“Inteligente, atractiva, una mujer de hoy. En el museo 65% son mujeres jóvenes que nos visitan, que la ven como un ejemplo, fuerte, que no se aplasta con la vida, que es capaz de tener amantes, hombres y mujeres, que ejerce su libertad en todo el amplio sentido de la palabra y que es bandera de lo que hoy es una mujer sin ataduras sociales”.

Dirigir un museo requiere esfuerzo y compromiso, dos de las cualidades que Hilda ha demostrado tener en todo lo que hace. Sin embargo, aún hay quienes se resisten a tener jefas mujeres y ante esto, ella prefiere utilizar sus habilidades de negociación para cambiar la perspectiva e impulsar a cualquier joven que tenga las ganas de aprender.

“Cada vez más mujeres ocupan puestos importantes, pero a veces llegas a un nivel de crecimiento donde te dicen: quieta, el famoso techo de cristal que no ves. Siempre uso mi intuición femenina  y mis habilidades políticas cuando me ponen trabas para darle vuelta… En mi equipo hay muchas mujeres, a mi me gusta también trabajar con hombres pero la cultura es uno de lo ámbitos que paga menos, entonces los hombres buscan otros espacios y también hay que reconocer que no a muchos les gusta tener como jefa a una mujer, pero si hay en el equipo. Lo que han sido barreras, yo veo como obstáculos a vencer.  Si bien he recibido un trato maravilloso y apoyo de muchas mujeres, en ellas el tema de la envidia es terrible, sino nos ayudamos unas a las otras, quién. Yo me propuse no ser un obstáculo para otras mujeres. Todas las chicas que han entrado conmigo salen bien formadas y cotizadas en el mercado laboral. Ahorita apoyé a dos de mis colaboradoras para conseguir una beca con el fin de ir a estudiar a China Promoción Cultural, otras se van a estudiar a Puebla y también a la Ibero”.

«Quise ahogar mis penas en alcohol, pero las condenadas aprendieron a nadar». – Frida Kahlo

Al comenzar a trabajar en el Museo Frida Kahlo, Hilda se cuestionó lo que iba a decir de la artista, pensando que ya todo estaba dicho y escrito, pero el contacto con su obra cambió su forma de pensar.

“Cuando abrí sus libros, vi sus dibujos, leí su poesía, fui descubriendo a la mujer maravillosa que para mi es Frida Kahlo,  mi inspiración. Por otra parte, admiro a Rosario Castellanos, también. Es cierto que es hasta ahora que se hace una difusión de la mujer, pues no ocupaban puestos importantes, pero hemos tenido grandes escritoras, pintoras, directoras de arte, teatro y cineastas. Soy una mujer que si no admiro a alguien mujer u hombre, no me interesa. Me inspira la gente que lucha y apoya, por eso creo tanto en los jóvenes hombres y mujeres, y en la medida de mis posibilidades trato de ayudarlos siempre. Confío mucho en la juventud.

Foto: Archivo Museo Casa Azul

Planes a futuro

Después de una larga charla con Hilda en su maravillosa casa en el centro de Coyoacán, llena de historias, libros y muchas fotografías no pude evitar querer conocer sus planes a futuro, a lo que respondió:

“Ahora tenemos dos proyectos muy importantes, el primero es que montamos la exposición de los vestidos de Frida en Inglaterra  y es un éxito; ella intervenía su ropa, su mamá era una gran costurera pero ella era tan artista que todo modificaba. El segundo es en el museo Anahuacalli, el espacio ecológico que había estado cerrado y donde las personas tiraban basura se está remodelando. Sacamos más de 60 toneladas de basura y estamos iniciando la construcción de lo que Diego Rivera quería, una ciudad de las artes, talleres, conferencias y bodegas para hacer exposiciones. Hicimos un concurso y ganó el arquitecto Mauricio Rocha.

Personalmente estoy buscando volver a dar clases en la Facultad de Ciencias Políticas. Estoy trabajando en una investigación sobre cómo hacer que los proyectos culturales sean autosuficientes. Quiero seguir aprendiendo y tomar un tiempo para mi”.

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